Durante el embarazo cambia el cuerpo de la mujer de muchas maneras. Además del cambio de peso, uno de los cambios más notorios ocurre en la piel, el cabello, el vello y las uñas. Es posible que muchos de estos cambios causen ansiedad porque pueden afectar su aspecto. Sin embargo, la mayoría de ellos no son perjudiciales y a menudo desaparecen después de dar a luz. Cuando comience a observar cambios en la piel o las uñas, hable con su médico. El médico puede indicarle las mejores maneras de tratar esos trastornos.
Manchas oscuras
Durante el embarazo, muchas mujeres observan manchas oscuras en los senos, pezones o en la parte interna de los muslos. Estas áreas oscuras se producen debido a un aumento en la melanina del cuerpo. Esta sustancia natural imparte color a la piel y al cabello. Más de un 90% de las mujeres embarazadas tendrán estas áreas oscuras. Las mujeres con tonos más oscuros de piel las notarán más aún.
Las manchas color café o morenas que aparecen alrededor de los ojos, nariz y mejillas, se denominan cloasma o la «máscara del embarazo». Hasta un 70% de las mujeres embarazadas presentará cloasma. La exposición al sol hace que las manchas se oscurezcan aún más. Para reducir la probabilidad de desarrollar cloasma, evite pasar tiempo bajo el sol. Cuando esté afuera, protéjase la piel con un bloqueador solar con SPF (siglas en inglés de factor de protección solar) de por lo menos 15 y use un sombrero con ala ancha.
Estas áreas oscuras no son dañinas y por lo general se desvanecen al cabo de unos meses de haber dado a luz. Sin embargo, es probable que no desaparezcan del todo. Si observa alguna mancha oscura nueva o una que cambia rápidamente (o «lunar»), muéstresela a su médico de inmediato.
Algunas mujeres también notan una línea ligeramente oscura que va desde el ombligo hasta el vello púbico. Esto se llama línea negra. Esta línea siempre está presente pero antes de quedar embarazada tiene el mismo color de la piel que la rodea.
Estrías
A medida que crecen el vientre y los senos durante el embarazo, éstos pueden resultar estirados y marcados con líneas rojizas. Estas marcas ocurren cuando la piel se estira rápidamente para apoyar al feto en desarrollo. Para el tercer trimestre, casi todas las mujeres embarazadas tendrán estrías en la piel del abdomen, los glúteos, los senos o los muslos. Es muy poco lo que puede hacer para evitar que aparezcan o desaparezcan.
A pesar de que hay muchas cremas, lociones y aceites que dicen evitar la formación de estrías, no hay pruebas de que estos tratamientos funcionen. El uso de un humectante potente puede ayudarle a mantener suave la piel, aunque no ayuda a eliminar las manchas de las estrías. La aplicación de una loción bronceadora sin exposición al sol puede ayudar a disimular estas estrías. Aunque la mayoría de ellas se desvanecen gradualmente después del nacimiento del bebé, algunas pueden permanecer en la piel.
Cambios en el cabello y el vello
Los cambios hormonales en el embarazo hacen que aumente el crecimiento del cabello o vello. Muchas mujeres embarazadas notan que el cabello se vuelve más grueso. A veces, crece vello en áreas donde no existía normalmente, como en la cara, el pecho y los brazos. Este nuevo crecimiento de vello se denomina hirsutismo y se cree que los cambios hormonales del cuerpo son responsables del mismo. El estado del cabello o vello debe normalizarse al cabo de 6 meses de dar a luz.
Si observa una cantidad abundante de vello que crece rápidamente en la cara, el pecho y el abdomen, esto puede ser la señal de un problema. Hable con su médico si está preocupada. Asímismo, al cabo de 3 meses de dar a luz, la mayoría de las mujeres comienzan a notar pérdida de cabello. Esto se debe a que las hormonas regresan a sus niveles normales lo que permite que el cabello regrese a su ciclo normal de crecimiento y caída. Aunque no hay medicamentos para evitar la caída del cabello, tenga en cuenta que esta situación no es permanente. El cabello volverá a crecer completamente al cabo de 3 a 6 meses.
Cambios en las uñas
Las uñas, al igual que el cabello y el vello pueden cambiar durante el embarazo. Algunas mujeres observan que las uñas les crecen con mayor rapidez. Otras encuentran que las uñas tienden a partirse y quebrarse más fácilmente. Al igual que ocurre con los cambios en el cabello o vello, los cambios que afectan a las uñas se reducen después de dar a luz.
Arañas vasculares
La cantidad mayor de sangre en las venas durante el embarazo puede causar cambios en los vasos sanguíneos. Por consiguiente, pueden aparecer diminutas venas rojas en la piel, denominadas arañas vasculares. Las arañas vasculares son más comunes durante la primera mitad del embarazo. Casi dos terceras partes de mujeres embarazadas con piel más blanca y aproximadamente una tercera parte de las mujeres embarazadas con piel oscura las tendrán en la cara, el cuello y los brazos. Nuevamente, el enrojecimiento se desvanece después de dar a luz.
Venas varicosas
El peso y la presión en el útero pueden reducir el flujo de sangre hacia la parte inferior del cuerpo y hacer que las venas en las piernas se hinchen, vuelvan azuladas y duelan. Estas venas se denominan venas varicosas y pueden aparecer cerca de la vagina y el recto (por lo general se conocen como hemorroides). En la mayoría de los casos, las venas varicosas no causan problemas.
Es más probable que presente venas varicosas si alguien en su familia las ha tenido. Aunque no puede prevenirlas, hay ciertas medidas que puede tomar para reducir la hinchazón, aliviar el dolor y evitar que empeoren las venas varicosas.
- Si tiene que estar sentada o de pie por mucho tiempo, asegúrese de moverse de vez en cuando
- No se siente con las piernas cruzadas
- Eleve las piernas en el escritorio, sofá, banquillo o una silla, tan a menudo como pueda
- Haga ejercicios regularmente, por ejemplo, caminar, nadar o correr en una bicicleta estacionaria
- Use medias de compresión
Fuente: www.acog.com