En condiciones normales, el embarazo suele ser fuente de estrés para la mujer ante los cambios que se avecinan. Se ponen en marcha mecanismos fisiológicos y psicológicos altamente complejos pues el cuerpo de la mujer empieza a cambiar para adaptarse a la vida que se desarrolla dentro de sí.
Sobra la literatura médica y psicológica que nos ilustra sobre el efecto de los estados anímicos de las mujeres gestantes en sus bebés, especialmente cuando el estrés se prolonga y nacen bebés con altos niveles de activación, irritables, bajo peso y llanto persistente.
En cualquier pais del mundo en donde se registre una crisis social y política, demanda del ciudadano común una respuesta adaptativa que, en muchos casos, supera los recursos internos de los que se dispone. Imaginemos entonces la vivencia de una mujer embarazada que transita su embarazo en medio de un ambiente de grandes tensiones; todas las situaciones normales que pueden generarle ansiedad se ven acentuadas por una situación fuera de su control inmediato: violencia en la calle, obstáculos para el libre tránsito, lluvia de información que llega indiscriminadamente, cambios drásticos en las rutinas y hasta en los casos más extremos, encontrarse en medio de confrontaciones o entrar en contacto directo con gases y sustancias tóxicas, los cuales la colocan en una posición de mayor vulnerabilidad.
El estrés entonces, viene a ser la activación fisiológica y la valoración negativa que se produce como consecuencia de un desbalance entre de las demandas externas al individuo frente a la capacidad de afrontarlas con sus propios recursos. Ante la contundencia de este desbalance, que en algunos casos puede llegar a ser abrumador, se sugiere tomar algunas medidas de autoprotección y cuidado para ellas y sus bebés en desarrollo:
1) No participar en movilizaciones de calle: las mujeres embarazadas, los adultos mayores y los niños son poblaciones especiales que NO deben participar en actividades de calle que pongan en riesgo su integridad física y emocional. Hay otras vías posibles para la participación ciudadana.
2) Limitar el tiempo de exposición a las noticias: es necesario reducir al mínimo el tiempo que se dedica a esta actividad. Se sugiere recurrir a fuentes confiables de información NO amarillistas para evitar exponerse a contenido violento o angustiante.
3) Mantener las rutinas: en la medida de lo posible, mantener horarios y rutinas, ya que esto genera una sensación de seguridad y control en medio de situaciones caóticas (alimentación, baño, hora de dormir, trabajo, tiempo para descansar). Se debe procurar mantener bajo control aquello que si depende de nuestra voluntad.
4) Actividad física: si el médico lo autoriza, realizar alguna actividad física de manera regular (caminar, nadar, ir al gimnasio, etc). Otras actividades como el Yoga producen innumerables beneficios a nivel físico y emocional.
5) Reservar tiempo para la recreación: leer un buen libro, escuchar música, ver una película o salir a dar un paseo, hará sentirse mejor. No debes reprocharte por disfrutar momentos de esparcimiento: recuerda que el milagro de la vida está obrando dentro de ti, y lo normal es que te sientas feliz y en plenitud por eso. Mereces estar en armonía.
6) Técnicas de Relajación: el empleo de técnicas de desactivación fisiológica como la relajación muscular progresiva, técnicas de respiración y visualizaciones guiadas ayudan a inducir estados de calma y bienestar. Con estas técnicas se pueden disminuir la presión arterial, el ritmo cardíaco, regular la respiración y disminuir la tensión muscular.
7) Conversar sobre lo que siente: si te encuentras angustiada, preocupada, con emociones que te cuesta procesar, conversa sobre ello con tus familiares y amigos.
8) Buscar ayuda profesional: si hablar con otros sobre lo que sientes no te produce alivio y, por el contrario, te hace sentir abrumada por el estrés, no dejas de preocuparte por lo que sucede, sientes miedo y se te hace imposible relajarte, no dudes en buscar ayuda profesional. Nuestra unidad ofrece Consultas de Apoyo Emocional muy convenientes durante el proceso previo al embarazo, durante el mismo, y en el postparto.
Lic. Yolanda Vera
Psicólogo Clínico / Psicooncóloga
F.P.V. 5593