La infertilidad es un tema tabú, tanto en Venezuela como en otras partes del mundo. Se habla de ella susurrado y en la más estricta intimidad. Aquellas personas a quienes se les ha diagnosticado, son psicológicamente vulnerables, víctimas del estrés por no poder embarazarse y con tendencia a padecer depresión y ansiedad. Por dicha razón Génesis. Unidad de Ginecología, Fertilidad y Reproducción orientación psicológica, un valor agregado que ayuda positivamente al logro del principal objetivo de los pacientes: ser padres.
A la pareja que no ha tenido hijos después de cierto tiempo, generalmente se le pregunta: “¿y cuándo se animan?” Si el hombre y la mujer han tomado la decisión de postergar la paternidad, la negativa fluye segura, pero si han intentado engendrar en vano, quizás se asome alguna risita nerviosa y luego de pensar la respuesta, se trate de justificar la ausencia de “retoños” con argumentos como: “ya sabes, el mundo es peligroso como para traer más niños al mundo”; o quizás algo así como: “Estamos esperando que la crisis (política, económica, etc.), pase para arriesgarnos”.
Es notable que en la sociedad y a nivel familiar inclusive, la gente no habla de la problemática de la infertilidad abiertamente. Si se le ha diagnosticado a alguien, el tema se esconde, quedando como una revelación para parientes muy cercanos (generalmente los padres), y quizás uno que otro amigo.
Otro común denominador es la tendencia a la depresión y/o a la ansiedad, las cuales están asociadas a una alta carga de estrés. Aún los estudios a nivel mundial sobre psicología y fertilidad no apuntan con certeza cuál es el mecanismo exacto: si el estrés genera infertilidad o si la infertilidad ocasiona estrés, arrojando como resultado, el bloqueo mental y físico de la persona.