La obesidad ha sido identificada como un factor de riesgo para muchas complicaciones del embarazo incluyendo la diabetes gestacional, la preeclampsia, la pérdida del embarazo y la muerte fetal precoz.
Un meta-análisis concluyó que las pacientes que tienen un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 (sobrepeso y obeso) poseen un riesgo significativamente mayor de aborto involuntario del embarazo, sin importar la forma de obtener el embarazo (bien de forma natural, bien mediante técnicas de reproducción asistida).
Tanto en la población general, como en la población infértil, las aneuploidías ( cambios en el número cromosómico que pueden dar lugar a enfermedades genéticas) son la causa más comúnmente identificable de aborto involuntario. Aunque la mayoría de los abortos involuntarios son debidos a aneuploidías fetales, la OBESIDAD es un factor asociado a un incremento en la frecuencia de los mismos, incluso en pacientes con donación de ovocitos, lo que sugiere que esta elevada tasa de aborto no se debe a las anormalidades cromosómicas de los ovocitos.
El defecto sistémico y las causas uterinas propias de un aborto involuntario, podrían conllevar a una pérdida del embrión anidado de una forma natural en mujeres con un IMC elevado. La obesidad materna tiene varios efectos conocidos en la función endometrial, como es la proliferación endometrial en exceso, pudiendo llegar a hiperplasiarlo, hecho que podría modificarse en mujeres en edad reproductiva.
Fuente: Department of Obstetrics and Gynecology, Stanford Hospital and Clinics, Stanford, CA, USA