Testimonios

Un sueño hecho realidad…

mama con bebe

Maybi Chávez.

«Un día fui a mi consulta ginecológica por haber presentado un fuerte dolor en la parte pélvica, cuando la doctora, quien me chequeó en ese momento a través de un eco transvaginal, me comenta que veía quistes en los ovarios y lo más probable es que tenga que someterme a una cirugía porque con tratamiento medicinal no van a desaparecer; eran muy grandes».

«Ese día empezó mi calvario, me sentía desorientada, muy mal, sobre todo cuando mencionó la palabra quirófano. Me dio miedo y a la vez desesperación. Desde ese momento comenzó el recorrido en distintos hospitales y clínicas. En el transcurrir de todo este tiempo, me sometí a dos intervenciones quirúrgicas por endometriosis y quistes en los ovarios, infinidades de tratamientos, exámenes de sangre, histeroscopias, histerosalpingografías. A mi esposo también le tocó realizarse exámenes de sangre, espermatograma, perfil andrológico, etc., todos salían bien y sin embargo, no dieron el resultado que se esperaba».

«Se lee fácil pero ese tiempo fue aterrador, sin esperanzas, porque hasta no hace mucho leían mis antecedentes y arrugaban la cara. Recuerdo que un doctor vio mis estudios, me los devolvió y me dijo: “No hija, aquí ya no hay nada que hacer, tienes que recurrir a un especialista en fertilidad porque tienes las trompas obstruidas (Hidrosalping) y así es muy difícil quedar embarazada de forma natural. Tienes que recurrir a la reproducción asistida”. Ese día lloré hasta más no poder, es desesperante, pero seguí intentando, nunca desistí, busqué otras opiniones».

«Llegó un momento en que me dio miedo ir al ginecólogo, sientes que no hay salida en medio de tanta incertidumbre, tanto así que llegué a proponerle a mi esposo que nos separáramos. Me sentí egoísta porque él podía tener su familia pero estando a mi lado no lo iba a lograr. Gracias al señor no lo hizo. Así que me armé de valor y tomé mis estudios otra vez. Fui a ver al Dr. Walker Moratorio, quien revisó mis estudios y me recomendó consultarme con el Dr. Luis Burgos especialista en fertilidad».

«El Dr. Burgos me explicó que por mi diagnóstico, me correspondía el método de Fertilización in Vitro, pero, debido a que presentaba Hidrosalpinx (trompa obstruida y llena de líquido) fue necesario realizar una cirugía previa, basada en la colocación de un dispositivo dentro de la trompa por vía histeroscópica (instrumento que se introduce dentro del útero para examinar la cavidad uterina), con el objeto de evitar que el líquido contenido en el hidrosalpinx drenara hacia la cavidad uterina, ya que esto causaría una gran toxicidad en el sitio donde se colocarían los embriones. Esta operación fue exitosa. Luego solamente esperaba para que me hicieran la estimulación ovárica».

«Fueron meses de espera porque mi cuerpo no respondía al tratamiento hormonal al que estaba sometida; esperamos la desintoxicación de mi cuerpo para que mi menstruación bajara de forma natural; tuve secciones psicológicas y en el transcurrir de esos meses sentía que las puertas se me cerraban. Es desesperante, pero nunca me di por vencida. Me sometí al procedimiento, fue una experiencia única e inolvidable el ver cómo colocaban los embriones en mi útero. Sentí una tranquilidad increíble, más aún con la emoción y alegría que recibía de parte del Dr. Burgos y su equipo de trabajo (Adriana, Freddy, Eddy), de verdad muchas gracias por su paciencia y perseverancia».

«En enero de 2010 me realicé la prueba de embarazo y la ansiedad era inmensa, no podía esperar. Mi esposo se acercó conmigo hasta el laboratorio y retiramos juntos el examen. Al ver la palabra POSITIVO no sabía si llorar, gritar o correr. Fueron muchas emociones juntas. Mi esposo y yo lloramos al saber que Dios escuchó nuestras suplicas después de tantos años de angustia, desesperanzas, tristezas, ansiedad, etc., etc., etc. Me parece mentira que en estos momentos, gracias al Señor y al Dr. Burgos, tenga varias semanas de embarazo».

«… Nunca dudes cuando Dios demore en darte lo que tanto le has pedido, el sólo pone a prueba tu paciencia y tu fe, porque las espinas de hoy, serán las rosas del mañana…»